Una nueva edición de SIMOF, días de saludos, reencuentros, paseos, estrés, tiempos muertos… también días de conocer gente nueva y vivir algún que otro momento especial.

Este año, sin duda, me quedo con la experiencia de descubrir, de ver este mundo a través de los ojos de la inocencia. La mayor de mis sobrinas, Lucía, tiene 11 años, aunque ella ya tiene claro que de mayor quiere ser diseñadora; y como no, su tito tiene la gran suerte de dedicarse al mundo y es el encargado de abrirle las puertas.

La llevé conmigo como si fuera mi sombra durante una jornada, – Lucía, vas a entrar en un sitio donde no entra todo el mundo, vas a estar rodeada de mucha gente y a veces es un caos, tu no te despegues de mi para no molestar a nadie, y cuando yo te lo diga vete ahí que hay una pantalla y puedes ver el desfile -. A los cinco minutos la miraba y parecía toda una regidora. Ese día conoció mi trabajo en backstage, a multitud de diseñadores, modelos, compañeros, … amigos todos que supieron acogerla y recargarla de ilusión. En los stands la paseaba y le explicaba todo, – mira Lucía, ves ese stand?, esas fotos son del tito -.

Ya en la tarde solo le quedaba una última cosa, ver un desfile desde las gradas, donde ahora si todo el mundo puede entrar. La acompañó mi hermana ( yo trabajaba dentro ) y al salir me dice – a la niña le ha servido un día para explicarme todo lo que iba a pasar, que si ahora las luces, que si el carrousel, la salida del diseñador al finalizar, … –

 

Este es con el SIMOF 24 que me quedo, el de mi niña descubriendo un mundo rodeada de mucha gente buena, y todo ello de la mano de su tito.

Muchísimas gracias a Pablo Lanzarote y Carmen Latorre por acreditarla, a todos los compañeros, modelos, peluquería, maquillaje… a todo aquél que se acercó y le arranco una sonrisa. GRACIAS!