Pocas son las personas que conocen el proyecto en el que estoy embarcado, tal vez por prudencia, tal vez por esperar el momento oportuno, o simplemente por quererlo disfrutar conmigo mismo, pero para poder compartirlo con el mundo antes tengo que contar mi historia.

Desde hace muchos años he sentido la inquietud, como todo en mi vida, de participar o ayudar en algún proyecto, involucrarme, hacer algo por los demás. Siempre me he caracterizado por ayudar a las personas, creo que vivimos en un mundo en el que impera el YO, a veces echamos más cuenta al teléfono que a la persona que tenemos enfrente, y quién no se ha visto en la situación de poder ayudar a alguien y conscientemente pasar de largo.

Hace un año mi amiga Ana me comentó que en su centro estaban organizando un pequeño desfile de flamenca, algo humilde pero con todo el sentido del mundo, yo le pasé varios contactos y nombres de firmas que pudieran interesarse en ceder alguno de sus trajes. Ella trabaja en un centro diurno de personas con discapacidad. Aquí es donde comienza todo.

Desde entonces, como un coche que se acerca cada vez más y más, me venían pensamientos, ideas y muchos “ por qué no… “. Al principio me lo tomaba como una simple fantasía, soñaba despierto, pero cuando algo me pasa por la cabeza ya no tiene escapatoria, no podía dejarlo pasar de largo.

El pasado mes de Julio decidí acercarme al centro donde trabaja Ana, Niños con Amor, y me siento frente a tres personas totalmente desconocidas para decirles que quiero hacer algo. Todos sabéis a qué me dedico, y los que habéis trabajado conmigo conocéis mi pasión por lo que hago. ¿ Qué mejor que hacerlo con ellos ?

Desde entonces he volcado muchas de mis horas a este proyecto que comenzó siendo realidad el pasado mes de Septiembre con un primer encuentro bastante singular, en esta ocasión no me sentaba ante tres personas para contarle mis ideas, sino 15 alumnos a los que iba a enseñarle desde cero algunas nociones básicas sobre estilismo, a soltarse frente una cámara, a enseñarles desfilar, y sobre todo a ayudarlos a ser más autosuficientes. Siempre he creído en el poder de las personas, todos tenemos barreras que superar y cosas que aprender, y si algo tengo seguro es que la moda no es cosa de algunos privilegiados, todos lo somos, todos la creamos y todos la vestimos.

Durante estos tres meses nos hemos dedicado a aprender a combinar colores, a cómo ir para cada momento, hemos hecho prácticas en las que cada uno ha elegido sus propios estilismos y han logrado explicarle a los demás qué llevan y por qué lo llevan, y esto último no es algo fácil, podéis probarlo en casa. Hemos realizado prácticas de fotografía con sus looks, han aprendido a soltarse ante una cámara y a posar. Es sorprendente la capacidad de aprendizaje, las ganas y la dedicación que ponen, a más de uno nos darían un auténtico repaso.

Ahora en Noviembre estamos inmersos en pasarela, tenemos como objetivo el 1 de Diciembre. La Asociación Niños con Amor está preparando una gala benéfica en el Hotel Barceló Renacimiento de la Cartuja, ¡ Qué mejor que realizar un desfile !. En estos momentos estoy cerrando todo, son días de mucho estrés, llamadas y citas, pero ya os puedo adelantar que junto a nosotros desfilarán los alumnos de la escuela de modelos de Doble Erre.

Podría seguir escribiendo durante horas, podría contaros mi experiencia personal en todo esto, lo que me hacen sentir en cada clase o lo mucho que estoy aprendiendo de todos ellos, pero como escribí al principio, prefiero guardármelo un poco más para mí.

Os seguiré contando, muchas gracias a todos por llegar hasta aquí.

 

Nota: podéis adquirir vuestras entradas enviando un email al correo que encontrareis en mi contacto.